Entre las tareas llevadas a cabo al frente de la Dirección de nuestra Mutua, me satisface especialmente el constatar como con el transcurso del tiempo, MAZ, nacida del tejido empresarial y laboral de la sociedad aragonesa de principios de siglo, se ha convertido en una Entidad reconocida, notablemente dimensionada, sólida y profundamente enriquecida gracias a la convergencia en su seno de experiencias, iniciativas y trayectorias mutualistas procedentes de toda España.

        Es cierto que no partimos de cero, que nos sentimos continuadores de una labor centenaria, de una obra común y que, afortunadamente, hemos podido contar con una experiencia profesional y un patrimonio que nos ha permitido cumplir con eficacia nuestro cometido, somos conscientes de que el futuro lo estamos construyendo día a día nosotros y los que nos precedieron. Y para ello, uno de los objetivos prioritarios es el conseguir dotarnos de los recursos humanos y materiales precisos que nos permita asumir con garantías de éxito los nuevos retos que plantea el accidente de trabajo y la enfermedad profesional. Desde los puramente asistenciales, incluyendo las fuertes inversiones necesarias para seguir contando con la tecnología médica más avanzada, pasando por el desarrollo de las nuevas competencias asumidas por los Servicios de Prevención, hasta el importante esfuerzo en coordinación y logística derivado de la implantación y consolidación de MAZ en todo el territorio nacional.

        Y es que una de las notas que siempre ha caracterizado a nuestra Mutua ha sido el esfuerzo constante por innovar, por anticiparse a las nuevas exigencias y a la lógica evolución de los mecanismos de protección de la Seguridad Social y, al mismo tiempo, por asumir como propias las nuevas necesidades que los continuos cambios en el ámbito laboral han venido planteándose a la empresa de la que nos sentimos leales y solidarios colaboradores.

        También hay que dejar constancia de lo que considero uno de los principales factores que durante este tiempo ha permitido consolidar la fortaleza de nuestra centenaria Institución. La especial dedicación de nuestro personal, su cada vez mayor preparación y profesionalidad y, el sentimiento de formar parte de un proyecto arraigado y con futuro, todo lo cual ha propiciado la existencia en nuestra Mutua de un ánimo e ilusión compartidas para hacer frente a los retos que nos hemos ido proponiendo.

        Por último, quiero dedicar un recuerdo agradecido a los fundadores de nuestra Mutua, a quienes nos han precedido en su administración y dirección y a todos los que, a lo largo de estos años, han trabajado con nosotros, y en especial a las empresas mutualistas. Al mismo tiempo, deseo reiterar el firme compromiso de MAZ con la sociedad a la que sirve para garantizar que el servicio que prestamos a mutualistas y trabajadores sea cada vez de mayor calidad, de manera que podamos renovar la confianza que a lo largo de este siglo de existencia se nos ha dispensado y que nos ha permitido convertirnos en una de las principales Mutuas de Accidentes de Trabajo de España.



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