El emprendimiento se
ha afianzado como una alternativa al desempleo
durante estos años de crisis, a pesar de los
elevados costes que tiene que asumir los
autónomos para poner en marcha sus negocios.
Actualmente el Régimen de Autónomos cuenta con
3.184.134 afiliados tras el aumento de abril
que revelan los últimos datos del Ministerio de
Empleo. En el último año, la tasa de autónomos
aumentó un 1,03%, lo que se tradujo en 32.541
cotizantes más.
¿Qué costes tiene que asumir estos
emprendedores?
Lo cierto es que pueden elegir la cuota que
pagan a la Seguridad en función de la base
de cotización, que puede ir del mínimo
de 893,10 euros al máximo de 3.642,00 euros,
según la actualización de 2016. Si eligen la
base mínima tendrán que pagar una cuota de
266,14 euros y si eligen la base máxima la cuota
se va a 1.085,32 euros.
Esta cuota solo da derecho a la prestación por
baja por enfermedad común o accidente no
laboral, pero no el cese de actividad ni la
enfermedad profesional. Si se quiere tener
acceso a estas prestaciones la cuota a pagar a
la Seguridad Social subirá algo más 30 euros.
Además, a las cantidades que los autónomos pagan
a la Seguridad Social habría
que sumar lo que pagan vía impuestos, sobre todo
a través del IRPF y el IVA.
Vamos a poner un ejemplo para
dejarlo más claro. Un hombre autónomo de 48 años
que se dedique al comercio al por menor y que
elija una base de cotización de 1.000 euros
tendrá que pagar una cuota de cotización por
contingencia común de 299 euros. Si quiere tener
también la contingencia profesional pagará
309.50 euros y si además quiere protección ante
el cese de actividad pagará 331,5 euros.
La ficción de la tarifa plana
El Gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado algunas
medidas para abaratar estos costes, como la ‘tarifa
plana' a
la Seguridad Social a la que pueden acogerse los
nuevos autónomos que reduce la cuota a 50 euros
durante los seis primeros meses. Después la
cuota va subiendo progresivamente hasta alcanzar
los 266 euros. Las organizaciones de autónomos
aplaudieron esta medida, aunque creen que puede
impulsar el emprendimiento de forma un poco.
A pesar del gasto fijo que implica ser autónomo en
España, las organizaciones españolas aseguran
que el nivel de protección es mucho más elevado
que en otros países. Así, por ejemplo, este tipo
de emprendedores apenas tienen coberturas en
Reino Unido, donde pagan una cuota que va de
13 a 58 euros y al final del ejercicio hacen
cuentas en función de los ingresos obtenidos.
En Francia, por su parte, no hay que
pagar durante el primer año y después las cuotas
se fijan en función de la profesión y la
facturación. En Italia tampoco hay una
cuota fija mensual, sino que los autónomos pagan
el impuesto de la renta en función de sus ingresos.
Y en Portugal se paga sobre los ingresos
anuales según el esquema de protección elegido.
En Holanda, los trabajadores por cuenta
propia pagan
una cuota de 50 euros al año y un seguro de 100
euros al mes, y en Alemania se paga una
cuota de 140 euros cuando se superan los 1.700
euros de ingresos netos mensuales. También aquí
hay obligación de suscribir un seguro médico.
“Que España es el país donde la cuota de los
autónomos a la Seguridad Social es la más cara
de Europa no es más que una leyenda urbana”,
sostiene el presidente de la Federación
Nacional de Asociaciones de Trabajadores
Autónomos (ATA),
Lorenzo Amor. A su parecer, los sistemas de la
UE no son equiparables y España es sin duda el
país que ofrece más coberturas y en el que más
se ha avanzado en los últimos años en
equiparación de derechos con los trabajadores
asalariados.
UPTA quiere dar una vuelta al sistema
En la misma línea se manifiesta la Unión de
Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA),
aunque esta asociación apuesta por darle una
vuelta general al sistema para que funcione
mejor. En concreto, tal y como ha explicado la
organización, sería bueno avanzar hacia un nivel
de cotización en función de los ingresos reales,
pero estableciendo una exención para los que
ingresen lo que marca el Salario Mínimo
Interprofesional (SMI).
Además, UPTA reclama la creación de una figura
fiscal específica
para las personas físicas que emprenden para que
pagar de una forma similar a como pagan las
empresas a través de Sociedades y no a través
del IRPF. A través de esta figura, además, se
modificarían los gastos que actualmente se
pueden deducir los autónomos, que son mucho más
limitados que los que se deducen las empresas.
Para abrir “este melón”, UPTA reclama la
creación de una Subcomisión en el Pacto
de Toledo.