Gran parte de la población trabajadora se ha
quejado alguna vez de dolor de espalda. Muchos
de estos dolores tienen su origen en la propia
actividad laboral: incorrecta manipulación
manual de cargas, posturas incorrectas a la hora
de sentarse, mal diseño del puesto de trabajo,
actividades que exigen pasar gran parte de la
jornada laboral de pie, etc.
Dentro del diseño del puesto de trabajo tiene un
interés especial el asiento utilizado por el
trabajador, pues no siempre el que nos parece
más cómodo es el más adecuado para desempeñar
nuestras labores. Por ello, vamos a analizar
las características esenciales que debe reunir
un buen asiento de trabajo y es que un asiento
de trabajo adecuado debe satisfacer determinadas
prescripciones ergonómicas.
En las actividades que se realizan en posición
de sentado, la silla de trabajo constituye el
principal soporte del cuerpo y determina, en
gran medida, la adopción de posturas correctas o
incorrectas por parte del operario. Un buen
diseño de la silla es aquel que permite
distribuir adecuadamente las presiones debidas
al peso del usuario sobre las distintas
superficies de apoyo: asiento, respaldo,
reposabrazos y reposapiés.
El asiento de trabajo debe ser adecuado para la
labor que se vaya a desempeñar y para la altura
de la mesa o banco de trabajo. Y debe permitir
al trabajador inclinarse hacia delante o hacia
atrás con facilidad:
-
Lo ideal sería que la altura del asiento
y del respaldo sean ajustables por separado.
También se debe poder ajustar la inclinación
del respaldo.
-
El trabajador debe tener espacio
suficiente para las piernas debajo de la
mesa de trabajo para poder cambiar la
posición de sus piernas con facilidad.
-
Los pies deben estar planos sobre el
suelo. Si no es posible, se debe
facilitar al trabajador un escabel o
apoyapiés, que ayudará, además, a eliminar
la presión de la espalda sobre los muslos y
las rodillas.
-
El asiento debe tener un respaldo donde
apoyar la parte inferior de la espalda.
-
El asiento debe inclinarse ligeramente
hacia abajo en el borde delantero.
-
El asiento debe estar tapizado con un
tejido respirable para evitar resbalarse.
-
Lo ideal sería que el asiento tuviese
cinco patas para ser más estable.
-
Es preferible que los apoyabrazos del
asiento se puedan quitar porque a
algunos trabajadores no les resultan
cómodos. En cualquier caso, los apoyabrazos
no deben impedir al trabajador acercarse
suficientemente a la mesa de trabajo.
En relación con los movimientos y esfuerzos
demandados al operario, el diseño de los puestos
debe tener en cuenta lo siguiente:
-
Los movimientos o acciones que requieran una
precisión importante no deben exigir la
aplicación de una fuerza muscular importante.
-
Las demandas de fuerza deben ser
compatibles con las capacidades físicas del
trabajador; si estas exigencias son
importantes se deberían introducir ayudas
mecánicas en el diseño del puesto:
plataformas elevadoras, cintas
transportadoras, etc.
-
La ejecución y secuencia de los
movimientos pueden ser facilitadas
mediante el empleo de guías u otros
dispositivos de ayuda.
-
La fuerza, amplitud y ritmo de los
movimientos deben ser considerados de forma
conjunta e interrelacionada, de manera
que el aumento de las exigencias de alguno
de estos parámetros se compense con la
reducción de los otros en el diseño.
La adopción de una postura correcta en el puesto
de trabajo depende del diseño del mismo, lo cual
no sería posibles sin una adecuada selección del
asiento de trabajo, al fin y al cabo es en él
donde pasaremos sentado gran parte de nuestro
tiempo.
IMF Business School