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ARTÍCULO TÉCNICO |
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EL ROL DEL
MANDO EN EL IMPULSO DE LA
SEGURIDAD EN EL TRABAJO
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Marina Casasnovas
Royo |
Técnico Departamento
de Prevención Mutua
MAZ |
Cuando se plantean los
diferentes estamentos que
conforman las claves de la
integración de la prevención
en la empresa, y se indaga
sobre el grado de
penetración de los
principios que rigen la
política de prevención de
una empresa u organización,
se debería, además de
establecer la
responsabilidad
departamental, hacer un
verdadero esfuerzo por
delimitar cual debe ser el
rol de los mandos y
supervisores en este
cometido.
Es por todos admitido, que
valorar el grado de
integración de las políticas
y principios de prevención,
implica valorar la actitud
de los mandos hacia la
seguridad, ya que son el
estamento que materializa
dichas políticas y sobre el
que todos coinciden, que
deberían recaer los
esfuerzos por clarificar
cual es su rol en este
sentido
NORMAS Y PROCEDIMIENTOS
Fundamentalmente, tienen un
rol muy específico de
control del seguimiento
de
los trabajadores, de las
normas y procedimientos que
deben seguirse para realizar
un trabajo con seguridad.
Pero realizar eficazmente
este papel de control,
necesita que los propios
mandos tengan una actitud
positiva hacia la seguridad
y de responsabilidad para
con los trabajadores a su
cargo.
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Resulta una tarea
difícil, cuando no
imposible, la de
controlar
determinadas
conductas cuando no
se percibe su
importancia real mas
allá del mero
cumplimiento formal
de determinadas
normas, en muchos
casos no bien
valoradas. Es
importante que los
procedimientos
tengan credibilidad
para los
trabajadores para
lograr una actitud
positiva hacia la
seguridad y su
verdadera aceptación
e integración. Esto
se consigue dándoles
una participación
fundamental en la
determinación de
dichos
procedimientos y
normas y dotándoles
de instrumentos y
habilidades
para
su control, al igual
que
cuentan con ellas,
para el
seguimiento
de
la
productividad
de
los
trabajadores, que
se
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reconoce como algo
consustancial al rol del
mando y hay una idea en la
que se debe insistir, que es
más rentable la
productividad con seguridad,
que sin ella. |
Este ejercicio de control,
aun siendo muy importante,
es una parte primaria en el
objetivo último del mando
respecto a la seguridad, que
es el de moldear actitudes
positivas hacia esta, y cuya
consecución será la clave
hacia el éxito en la
seguridad.
FOMENTAR CONDUCTAS SEGURAS
El mando debe fomentar la
seguridad como un hábito en
el equipo. Los hábitos se
educan, se aprenden y se
instauran, convirtiéndose en
conductas automáticas. Los
procedimientos de trabajo se
deben instaurar como
hábitos, y el mando es el
que debe ejercer ese papel,
en la formación de estos
hábitos, por su situación en
la empresa y en el equipo de
trabajo como instructor,
aglutinador y entrenador del
mismo. El objetivo es que
la seguridad sea un hábito
y no tanto una conducta de
elección.
El mando modela
con
su comportamiento
y
deberá
transmitir esa
actitud positiva y
responsable hacia la
seguridad. Como
modelo, los
comportamientos que
exhiba deberán ser
congruentes con la
seguridad y las
políticas
establecidas ya que
los trabajadores
perciben a través de
las conductas del
mando su actitud,
positiva o no,
respecto a la
seguridad.
El
mando
debe
reconocer
e
incentivar
las
conductas |
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seguras
de los trabajadores,
pero también debe
retroalimentar,
comunicar y
capacitar a aquellos
trabajadores que no
lo hacen y que
exhiben conductas
contrarias a la
seguridad y salud.
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La actitud hacia la
seguridad, se impulsa desde
la incorporación de un nuevo
trabajador a un puesto o un
equipo de trabajo y en este
momento debe ser más
intensa, puesto que
determina la percepción del
nuevo trabajador sobre la
seguridad en la empresa.
Desde el primer momento, en
el período de acogida como
período de instrucción debe
primar siempre, como se
exige preceptivamente en la
ley, la información de los
riesgos a los que está
expuesto y la formación
sobre los procedimientos,
normas de seguridad, uso de
equipos, etc. necesarios
para su protección frente a
los mismos. No conviene
dilatar esta formación y el
mando puede ser un buen
capacitador, y
resulta un momento crucial
en la percepción de la
importancia
que se da a la prevención,
tanto por la empresa como
por el mando y el equipo de
trabajo.
INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES
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La investigación de
accidentes y más aún
los incidentes, es
una técnica
preventiva que el
mando debe
incorporar a su
quehacer en
prevención, puesto
que es el que mejor
conoce el contexto,
tanto técnico como
humano donde se ha
producido y puede
aportar al personal
técnico de seguridad
toda la información
necesaria para
determinar las
causas básicas que
lo han producido y
así, determinar las
acciones de mejora
más idóneas
eficaces. En su
quehacer
investigador, el
mando se
responsabiliza con
la seguridad de su
equipo y
concretamente con la
investigación de
incidentes hace
efectiva la
seguridad ante su
equipo, en especial
si promueve la
participación del
equipo en la
investigación.
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INSPECCIONES DE SEGURIDAD Y
OBSERVACIÓN
Todos los días al
comienzo de la
actividad diaria, el
mando debe realizar
Inspecciones de
Seguridad
rutinarias, para
comprobar las
condiciones de
seguridad del
entorno, máquinas e
instalaciones. Al
realizar estas
inspecciones diarias
de forma eficiente,
el mando a la vez
que ejerce su rol de
control, transmite
responsabilidad
sobre la seguridad y
confiere sensación
de protección sobre
los fallos del
sistema a los
trabajadores, pero
cuando estas
inspecciones se
realizan como un
formalismo
burocrático, no
transmiten una
actitud positiva
real respecto a la
seguridad y la
prevención, sino que
manifiestan un
interés únicamente
formal,
burocratizado, y con
el tiempo acaban por
perder su sentido y
pueden incluso crear
una falsa y
peligrosa sensación
de seguridad. |
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Aplicando técnicas
de observación
planificada y
comunicadas a los
trabajadores,
proporcionan una
herramienta de
control
estandarizado que
provee de datos
objetivos para
realizar el
seguimiento
necesario, del tipo
de conductas hacia
la seguridad de los
miembros de su
equipo, evaluando el
cumplimiento de los
procedimientos y
normas de seguridad,
utilización de los
equipos de
protección personal,
de una forma
estandarizada y
conocida por todos,
evitando así
suspicacias hacia el
control y que se
asumen como un
proceso ordinario de
control de la
seguridad. |
PARTICIPACIÓN DE LOS
TRABAJADORES
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Para promover la
participación y
conformar una
actitud proactiva
hacia la seguridad
en los miembros del
equipo de trabajo,
semanalmente, o con
la periodicidad
deseada, se pueden
programar reuniones
con el equipo para
tratar los temas de
seguridad
necesarios, promover
la participación de
los miembros en la
revisión y mejora de
procedimientos y
normas, en la
detección de
riesgos, en la
elección de EPI`s o
adecuación de los
mismos, valoración
de incidentes etc.
También son el
momento apropiado
para retroalimentar
los resultados del
control realizado
sobre los
trabajadores y
plantear cambios de
conducta con
objetivos concretos
para que estos sean
efectivos.
Por ultimo, resaltar
que la comunicación
del mando con el
equipo de trabajo es
probablemente, la
habilidad más
importante y
necesaria para
incentivar las
conductas y
actitudes
positivas de los
trabajadores
respecto |
a la seguridad, como para
reconvenir aquellas
conductas o actitudes
contrarias a la seguridad,
que se desean cambiar. Hay
que tener en cuenta que la
comunicación debe ser
asertiva, es decir que se
centre en el planteamiento
de datos, hechos y conductas
objetivas, y evitar
especialmente las
apreciaciones personales y
generalizaciones que puedan
provocar sentimientos de
conflicto y rechazo.
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