El síndrome de vuelta al trabajo o estrés post-vacacional, se define como la dificultad para adaptarse a la rutina de la vida laboral tras un periodo de vacaciones donde se ha pasado un tiempo alejado de las responsabilidades de cada día y se han cambiado hábitos, tales como la alimentación, horarios, ciclo del sueño, etc.
Dicha dificultad, conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físicos y psíquicos, aunque lo habitual es que estos síntomas remitan a los pocos días.
Los síntomas que suelen presentarse como más característicos de este síndrome son los siguientes:
· Cansancio o agotamiento emocional. Este síntoma se caracteriza por la pérdida de energía, apatía o desmotivación.
· Sentimientos negativos hacia el trabajo. El trabajador no percibe que el propio desempeño del trabajo puede ser gratificante.
· Alteraciones del apetito (generalmente con pérdida del mismo).
· Desarrollo de síntomas psicosomáticos de estrés. Se pueden presentar cuadros de angustia, ansiedad, dolores musculares…
· Alteración de los patrones del sueño. Dificultad para conciliarlo o despertar precoz.
· Sentimiento constante de tristeza. La persona se vuelve irritable e intolerante.
No existe un perfil específico de personas que padecen este trastorno, pero generalmente, suelen ser personas inseguras, a quienes no les satisface su trabajo o ambiente laboral, o bien, presentan inestabilidad laboral.
Según informa la Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas (ANEPA), el 35% de la población trabajadora sufre alguno de estos síntomas después de las vacaciones.
Consejos para prevenir el trastorno
· Establecer un período de readaptación, esto es, regresar unos días antes de la reincorporación laboral para poder ir asimilando el cambio, donde debemos volver a nuestros hábitos cotidianos.
· Es importante dedicar tiempo para uno mismo e intentar que no todo sea trabajo, planificar algo para crear una “perspectiva de ilusión”.
· Fraccionar las vacaciones a lo largo del año, en lugar de tomar los días seguidos.
· Regular los horarios y el reloj biológico los días previos al inicio del trabajo, tal como acostarse en los horarios habituales y ser prudentes con las siestas.
· Realizar ejercicio físico, ya que al hacer deporte nuestro organismo libera unas sustancias llamadas endorfinas, que reducen el cansancio provocado por el estrés.
· Aprender alguna técnica de relajación y practicarla en los momentos de más ansiedad.
· No descuidar la alimentación, llevando una dieta equilibrada que nos aporte los nutrientes necesarios para mantener un buen estado físico y mental.
Medidas preventivas a adoptar por la empresa
· Horario de trabajo. Diseñar horarios en los que al trabajador le sea posible conciliar su vida familiar y laboral.
· Participación. La participación del trabajador en la toma de decisiones que afectan a su trabajo, favorecerá la aceptación de las mismas y fomentará su motivación.
· Carga de trabajo. La carga de trabajo debe ser acorde con la capacidad del trabajador para realizar el mismo, evitando situaciones tanto de infracarga como de sobrecarga.
· Contenido. Intentar diseñar las tareas de forma que confieran un estímulo para el trabajador y la oportunidad de hacer uso de sus capacitaciones de forma que se favorezca el desarrollo profesional.
· Entorno social. Crear oportunidades para la interacción social.
· Futuro laboral. Evitar la ambigüedad en cuanto a la estabilidad laboral del trabajador y fomentar el desarrollo de la carrera profesional.
Este período de adaptación de vuelta al trabajo, suele prolongarse como máximo dos semanas, si los síntomas son demasiado intensos o duraderos, pueden estar ocultando algo más grave, como una depresión, trastornos de ansiedad o insatisfacción laboral. Si esto ocurre, se deberá de acudir al médico y recuerde que el síndrome post-vacacional es una respuesta fisiológica natural ante un proceso de cambio, por lo que hay que adoptar una actitud positiva e intentar no centrarse en las molestias.