El trabajo lo desarrollan personas con expectativas, motivaciones y capacidades.
Puede decirse que la calidad de las relaciones humanas incorpora en su definición las percepciones y las experiencias de los trabajadores.
El exceso de las exigencias de la tarea (trabajar rápido), la ausencia de apoyo social (calidad del liderazgo), las escasas compensaciones entendidas como estabilidad, respeto, reconocimiento, pueden provocar en su conjunto como respuesta en el trabajador, el tan extendido concepto de estrés laboral.
El estrés activa las glándulas suprarrenales, produce un aumento de la frecuencia cardíaca, nos dificulta la capacidad de pensamiento, y nos puede volver más “agresivos” tanto en el uso del lenguaje, como a nivel de nuestra expresión facial y corporal.
A continuación enumeraremos algunas medidas higiénicas que ayudan a combatir de manera exitosa el estrés:
1. Incorpore una dieta equilibrada y practique de manera regular algún ejercicio físico.
2. Destine una parte de su tiempo personal a “no hacer nada” (se aconseja un mínimo de 20 minutos diarios).
3. Descanse y dedique unas 7/8 horas a dormir de modo regular y diario.
4. Aprenda a respirar de manera consciente. Cuando estamos nerviosos se practica una oxigenación insuficiente. Para restaurar el equilibrio, intente expulsar cuanto mas aire mejor, la inspiración de aire será mayor y de forma automática. Ejecútelo de manera repetida al menos 10 minutos. Este acto ejercido con constancia, contribuye a clarificar el pensamiento y aporta serenidad.
5. Establezca un orden de prioridades y sígalo.
6. Plantéese objetivos razonables y fije metas realistas y fácilmente alcanzables. Los ideales son costos de alcanzar y pueden confundirnos.
7. Aprenda a delegar y a ser consciente de sus limitaciones. Saber pedir colaboración contribuye de manera satisfactoria a reducir la carga estresora.
8. Incorpore una sonrisa en señal de reconocimiento y respeto hacia su persona cada vez que sienta que “todo es un asco”.
9. Piense que usted es su mejor amigo y quien mejor se conoce, dialogue internamente enviándose mensajes de ánimo como si de un amigo se tratara.
10. Relativice y recuerde: a veces el estrés es una llamada de atención para cambiar algún aspecto de nuestra propia forma de vivir que no encaja con nuestros valores personal.
Poner la atención en uno mismo, proporciona una reorientación preventiva y un autoconocimiento que contribuye sin duda alguna a reducir los niveles de estrés.
Probadlo, es un buen comienzo. Ánimo.