Prevenir la Arterioesclerosis
Las arterias sufren lesiones degenerativas que van endureciendo sus paredes y propician su oclusión al depositarse en ellas sustancias de la sangre (colesterol, fibrina, hematíes, plaquetas, calcio, etc.).
Estos procesos degenerativos pueden afectar a las arterias coronarias (las que llevan la sangre a las paredes del corazón), la obstrucción de las cuales, puede desembocar en situaciones de angina de pecho e infarto de miocardio.
Conociendo las circunstancias que favorecen este proceso, podemos encontrar algunas formas de prevenir estas afecciones, eludiendo aquellos factores de riesgo sobre los que podemos influir.
Las posibilidades de contraer la afección son mayores en el varón, crecen con la edad y hay más posibilidades en caso de antecedentes familiares, siendo éstos, factores de riesgo que no podemos cambiar ni modificar.
Podemos enumerar de entre los factores más importantes sobre los que podemos incidir...
... el exceso de colesterol,
... la hipertensión arterial
... el hábito de fumar,
... diabetes,
... factores de coagulación de la sangre,
... la obesidad,
... la vida sedentaria
... y factores psicosociales como el stress
El reorientar la alimentación y los hábitos de vida con miras a disminuir los factores de riesgo es muy positivo y los beneficios se han probado en varios países.
En lo que a alimentación se refiere, la Sociedad Española de Arteriosclerosis ha publicado un documento que clasifica los productos en tres grupos: recomendables, de consumo limitado a tres veces por semana y los desaconsejables.
Cereales
Verduras y Legumbres
Frutos
Pescados
Aceites
Lácteos desnatados |
Huevos
Marisco
Carnes
Quesos
Refrescos azucaradados |
Bollería
Pastelería
Despojos y vísceras
Embutidos
Chocolates |
Se han ido descubriendo las virtudes protectoras de la dieta mediterránea, ya que ésta es rica en muchos de los productos aconsejables para la prevención de las dolencias de las que hablamos: fruta, verdura, legumbres y pescados, y aceite de semillas o, mejor incluso, de oliva. En cambio, los pescados ahumados o salados, cuyo exceso de sal pueden perjudicar a la presión arterial, no son aconsejables.
Un control adecuado del peso y el abandono del hábito de fumar son muy recomendables.
También la realización de ejercicio físico adecuado y realizado con constancia es beneficioso.
Ejercicios dinámicos que impongan movimientos amplios de músculos y poca resistencia y presión, como la natación o el ciclismo por terreno llano y sin sprint, son ideales.
Asimismo, recomendamos andar por terreno llano entre una media y una hora al día.
Por el contrario, no es recomendable el ejercicio que suponga gran esfuerzo y poco desplazamiento muscular.
Aunque el consumo de una pequeña cantidad de alcohol diaria es incluso recomendable (equivalente a dos vasos de vino al día), ingestas mayores a dicha cantidad empiezan a resultar perjudiciales. Lo mismo podemos decir acerca del café (del que no es conveniente un consumo superior a dos tazas diarias).
Si se tiene en cuenta que hay fracciones del colesterol perjudiciales y fracciones beneficiosas, estas medidas pueden ser útiles para proteger nuestro aparato circulatorio de las alteraciones del mismo y de otros factores de riesgo. Es conveniente atacar los factores perjudiciales conjuntamente.