Hemorragias
Hemorragias externas. Actuación del socorrista
Cuando se produce una hemorragia se deben realizar los siguientes pasos en este orden:
• Compresión local
Comprimir directa y fuertemente sobre la herida actuando con la máxima limpieza, si no disponemos de gasas o paños limpios lo haremos con nuestras manos, durante al menos cinco minutos y sin levantar, aunque el apósito se llene de sangre. En este caso, añadiremos otros encima.
Cuando la hemorragia haya cesado realizaremos un vendaje compresivo, manteniendo el miembro elevado y acostando al herido.
• Torniquete
Ante hemorragias en las que la compresión no es suficiente y la pérdida de sangre es tan grande que puede poner en peligro la vida de las personas, se puede utilizar el torniquete con las precauciones y riesgos que ello comporta.
El uso del torniquete, sólo lo haremos como última medida, ya que vamos a dejar sin sangre a toda la extremidad y esto puede traer consecuencias muy graves, incluso la amputación de la extremidad ya que puede producirse gangrena.
Un torniquete es una tira ancha de unos cinco centímetros, lisa y lo suficientemente larga como para dar una o dos vueltas en la extremidad.
Se coloca entre la herida y el corazón y la compresión ha de ser uniforme en toda la circunferencia. Se ata un nudo y sobre éste, se coloca cualquier palo que atado con otro nudo, nos permite dar vueltas hasta conseguir que la sangre deje de salir por la herida.
Cuando se ponga un torniquete, siempre hay que avisar a los sanitarios con una nota que resalte sin necesidad de buscarla, poniendo la hora de colocación y la extremidad.