LA GESTIÓN DEL RIESGO PSICOSOCIAL EN LAS ORGANIZACIONES:
HACIA UNA GESTIÓN POSITIVA DEL CONFLICTO.
Ane Miren Sierra Charola
Técnico de prevención
Área de Actividades Preventivas Mutua
MAZ
Los conflictos en el trabajo y su gestión ineficaz constituyen uno
de los estresores de carácter psicosocial más importante para la
calidad de la vida laboral y la productividad organizacional.
Se polarizan grupos dentro de las estructuras laborales por afinidad
de intereses, se desvía la energía de las tareas asignadas,
dificulta o reduce los niveles de cooperación y comunicación en
actividades interdependientes (merma de cohesión), genera una
permanente comparación entre compañeros que desmotiva, desencadena
frustraciones que afectan al estrés emocional percibido de las
personas trabajadoras, acentúa diferencias y desórdenes , genera un
clima de negatividad tóxica que afectará sistémicamente al conjunto
de la organización.
De nada sirve ignorar aquello que sucede en nuestro alrededor, la
tarea de arreglar un problema empieza en el momento en que nos
concienciamos de su existencia. La no indiferencia ante los
conflictos es una actitud clave hacia la gestión positiva de
tensiones y desencuentros que se originan porque somos diferentes y
pensamos y sentimos distinto.
Los conflictos pueden desempeñar muchas funciones como promover
cambios, exteriorizar emociones, relacionar a las partes para que se
escuchen y sean escuchadas, y servir como oportunidad para plantear
maneras no confrontativas y pacíficas de gestionar las diferencias
también dentro de las organizaciones.
Existen muchas definiciones de conflicto, y como elemento común a
todas ellas se encuentra presente siempre la confrontación de
intereses, percepciones o actitudes entre dos o más partes, ante un
mismo asunto motivo de disputa.
Los conflictos se presentan a lo largo de toda la vida, no se pueden
evitar porque forman parte de que como seres relacionales, nos
vinculamos y nos comunicamos cada vez con mayor diversidad de
personas, situaciones y herramientas novedosas dentro del tejido
empresarial.
Sin personas no hay conflicto, y lo que
está claro es que las organizaciones sin comunicación difícilmente
generarán entendimiento y trabajo en equipo. En las tareas diarias
existen responsabilidades compartidas entre diferentes departamentos
y personas. Los valores y actitudes individuales confluyen de manera
natural con todas las personas con las que diariamente y por motivo
del trabajo se gestionan servicios y se toman decisiones. La
aplicación de estrategias para generar comunicación y cooperación
unidas a las normas y valores de cada cual, necesitan incorporar una
visión positiva y preventiva del conflicto que adopte un lenguaje no
violento y una voluntad para generar entendimiento, donde todas las
partes ganen y satisfagan intereses, consiguiendo un equilibrio
entre fuerzas opuestas e intereses enfrentados.
Las nuevas líneas de actuación en la gestión positiva de recursos
humanos, basan sus esfuerzos en generar organizaciones saludables y
responsables, que traspasan las fronteras de la ingeniería de la
seguridad, donde el peso específico del bienestar centra sus
esfuerzos en un correcto diseño de los puestos de trabajo. Cuando me
refiero a la gestión positiva, estoy dando valor a los intangibles,
a esa remuneración emocional que suma: el desarrollo de estrategias
de comunicación eficaz que gestionan conflictos, liderazgo afectivo,
igualdad de oportunidades, recompensas y desarrollo profesional,
desarrollo de políticas de conciliación entre el trabajo y la
familia, por ejemplo. Estos factores “higiénicos”, representan
acciones practicadas a nivel preventivo dentro del ámbito
psicosocial, acciones que tienen un impacto directo en la cuenta de
resultados de remuneración emocional de los trabajadores,
remuneración intangible que silenciosamente actúa en toda
organización, consiguiendo trabajadores saludables, creativos,
motivados, leales y en definitiva: satisfechos.
Desde este prisma, incluir procedimientos preventivos no
confrontativos como vía pacífica para solventar desavenencias,
gestionar tensiones y desajustes motivados por aspectos de la
organización del trabajo y de vivir en relación, están llevando a
las organizaciones hacia la implementación de procedimientos como la
mediación, dentro de sus sistemas de gestión de la prevención, como
herramienta que mitigue el riesgo psicosocial, porque éste se
afronta y se gestiona de manera creativa desde el interior de la
propia organización.
¿Qué es la mediación?
Es la intervención dentro de una disputa o negociación, de una
tercera parte aceptada, neutral e imparcial, quien no tiene un poder
autoritario para la toma de decisiones y que ayuda a las partes en
conflicto, de manera voluntaria a alcanzar su propio acuerdo,
mutuamente aceptable, sobre los temas en disputa (Moore, 1986).
Esta herramienta de gestión positiva de conflictos es una entre
varias posibilidades de gestionar disputas, o conflictos y como
características principales del proceso apunta hacia una serie de
criterios que la hacen legítima y poderosamente eficaz:
• Soberanía de las partes
• Seres libres e iguales en derechos
• Autonomía individual
• Respeto y garantía de los derechos humanos
• Procedimiento de diálogo
• Voluntariedad
• Elección libre del mediador
• Horizontalidad en el proceso
• Ausencia de poder del tercero
• Confidencialidad en lo tratado
LA RESPONSABILIDAD EN EL CONFLICTO:
Aceptar el protagonismo en la historia del conflicto
Reconocimiento del otro
Respeto a la diferencia
Implicación para querer conseguir un resultado de manera activa
Esta herramienta obliga a un cambio en el modo de hacer de las
empresas y organizaciones, primero atreviéndose a abordar el
conflicto, empoderando a los afectados con formas importadas desde
la cultura de paz que aboga por considerar la diversidad y la
diferencia como un valor y donde el conflicto es visto como una
palanca de transformación social que educa y canaliza la expresión
humana más allá de la violencia, hacia formas pacíficas e integradas
de satisfacción de necesidades.