RIESGOS
MECÁNICOS; GUANTES COMO EQUIPO DE PROTECCION
INDIVIDUAL.
María Parera Caballero
Técnico Superior en PRL
Área de Actividades Preventivas Mutua Maz
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Según las estadísticas publicadas por el Ministerio de empleo y
seguridad social del año 2015 más de una tercera parte de los
accidentes de trabajo con baja, afectan a las extremidades
superiores, es decir, se puede estimar que son aproximadamente un 36
% de los accidentes producidos.
En la actualidad, cerca de ocho millones de jornadas son perdidas
anualmente por accidentes laborales en los que la parte lesionada
del trabajador son manos y dedos.
Por este motivo, en este artículo nos centraremos en aportar
información en los equipos de protección individual destinados a
proteger las manos.
Podemos definir un guante como un equipo de protección individual
(EPI) destinado a proteger total o parcialmente la mano. En el lugar
de trabajo, las manos del trabajador pueden hallarse expuestas a
riesgos debidos a acciones externas, acciones sobre las manos y a
accidentes a causa del uso o la mala elección del propio guante.
La seguridad de la mano en el trabajo depende fundamentalmente de la
eficacia del guante que la protege. En cada puesto es preciso
definir el guante necesario en función de variables como son la
protección, la ergonomía y el confort. Los guantes deben ofrecer
protección contra un determinado riesgo sin crear por sí mismos
otros riesgos.
Los requisitos generales que deben cumplir los guantes como Equipo
de protección individual se establecen en la norma UNE EN 420.
Guantes de protección. Requisitos generales y métodos de ensayo. En
esta norma se establece las características, de carácter general,
que deben tener todos los guantes de protección, independientemente
del riesgo específico frente al que protejan. Por lo tanto, esta
norma define los requisitos de ergonomía, diseño y fabricación, alta
visibilidad, inocuidad, limpieza, confort y eficacia, marcado e
información aplicable a todos los guantes de protección.
Destacamos la característica del diseño, debido a que la norma deja
claro que un guante debe diseñarse y fabricarse de tal manera que,
en las condiciones previstas de uso, el usuario pueda realizar su
actividad mientras disfruta de una protección adecuada. Los diseños
que pueden encontrarse en los guantes de protección son muy
numerosos y vendrán influenciados por los materiales utilizados en
su fabricación así como el tipo de aplicación para el que están
pensados.
Según el RD 1407/1992, se establece que los Equipos de protección
Individual pueden clasificarse en tres categorías I, II y III en
función del riesgo al que protejan.
En la categoría I se certificarán los guantes de diseño simple, es
decir guantes que sirvan para proteger riesgos mínimos por ejemplo
guantes de limpieza en general.
En la categoría II están certificados los guantes para riesgos
intermedios, donde estarían incluidos guantes para manipulaciones
generales que deben ofrecer una buena resistencia la abrasión o a la
perforación.
Por ultimo en la categoría III donde se certificarán los riesgos
mortales o irreversibles, se incluirán los guantes para la
protección contra riesgos mayores como podrían ser productos
químicos o amputaciones.
Hay que tener en cuenta que un guante que sea un equipo de
protección individual, no solo debe cumplir con la norma UNE EN 420,
sino que, para proteger del riesgo al que está destinado su uso ,
debe cumplir con otras normas complementarias. Las más comunes de
estas otras normas complementarias serian:
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- Riesgos mecánicos (UNE EN 388)
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- Riesgos térmicos (UNE EN 407)
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- Riesgos químicos (UNE EN 374)
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Para realizar una correcta selección, el responsable de la
elección de los EPi’s , deberá basarse en la evaluación de
riesgos del puesto de trabajo. De esta manera podrá identificar
los peligros y determinar el riesgo de exposición a esos
peligros.
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En función de los riesgos enumerados en la evaluación de riesgos
se tendrán diferentes tipos de guantes de protección, bien sea
para proteger contra un riesgo concreto o bien para una
combinación de ellos.
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Las clases existentes para cada tipo de guante, se determinan en
función del denominado nivel de prestación. Estos niveles de
prestación consisten en números que indican unas categorías o
rangos de prestaciones.
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Estos niveles de prestación permiten
graduar los resultados de un ensayo. Un nivel alto
correspondería con una mayor protección, en el caso de la
abrasión, desgarro y punzonado sería el nivel 4 y en el caso del
corte seria el nivel 5.
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No obstante, hay que tener cuenta, que estos ensayos están
basados en resultados de laboratorio, solo servirían al técnico
para tener idea del grado de resistencia o comportamiento del
material frente a un elemento de agresión. Es recomendable una vez
elegido un Epi, realizar pruebas in situ, para confirmar la
idoneidad del guante para la situación específica.
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Esto es igual para todo tipo de guantes y de riesgos, aunque en
este artículo nos centraremos especialmente en los guantes que
protegen contra riesgos mecánicos que son lo más comunes en el
mercado.
Como puede apreciarse en el pictograma establecido en la Fig.1,
dicho pictograma va acompañado de los niveles de protección
frente a los cuatro tipos de parámetros diferentes:
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Para poder realizar una buena selección, es necesario que el técnico
tenga claro conocimiento de estos cuatro parámetros y las
diferencias entre de cada uno.
Comenzaremos a describir el primer número que nos encontramos una
vez hayamos visto el pictograma. En la primera posición se describe
el nivel de protección relativo a la abrasión, esta puede definirse
como la acción y efecto de desgastar por fricción. En una empresa
existe riesgo por abrasión en varias actividades, por ejemplo
durante el manejo y manipulación de elementos con superficies
rugosas y abrasivas.
Por lo tanto, en aquellos trabajos donde la evaluación de riesgo
ponga de manifiesto que existe un elevado riesgo de abrasión en las
manos, será necesario el uso de guantes con un nivel alto de
prestación.
El segundo de los parámetros que debe conocer todo técnico a la hora
de seleccionar los equipos de protección de manos adecuado sería el
de corte.
El riesgo de corte es uno de los más importantes a tener en cuenta a
la hora de seleccionar un guante por riesgo mecánico. En la norma
UNE EN 388 quedan excluidos los guantes destinados a proteger frente
a corte por motosierras y a los guantes diseñados para el uso de
cuchillos o elementos similares, realizados con materiales muy duros
tales como cota de malla. Por lo tanto a la hora de seleccionar este
tipo de guantes habrá que tener en cuenta los riesgos producidos
cuando se manejan finas superficies cortantes, tales como chapas,
filos metálicos, etc.
La protección necesaria del guante debe sopesarse con la
sensibilidad y movilidad de dedos que se requiere en la tarea, es
decir el nivel de desteridad del guante. Actualmente existen en el
mercado diversas fibras que permiten obtener niveles muy altos de
prestación, siendo guantes con una ligereza que a su vez permite
disponer de un nivel de desteridad muy elevado. Ejemplos de estos
guantes son los confeccionados con fibra de aramida, de polietileno
de alto rendimiento, fibra de vidrio o las combinaciones entre
ellas.
En la tercera posición nos encontraríamos el riesgo de rasgado. El
rasgado se define como la acción o efecto de rasgar. Puede existir
este riesgo en aquellas situaciones en las que un enganchón, puede
provocar la rotura del guante y por lo tanto que desaparezca la
protección proporcionada por el mismo.
Por último, en cuarto lugar, nos encontramos con el parámetro del
punzonado o perforación. Cuando se habla de este riesgo, se hace
referencia a aquellas situaciones en las cuales, se pueda estar en
contacto con superficies o elementos punzantes, tales como hierros,
palos en punta, astillas, etc. Capaces de atravesar el material del
guante y provocar una herida en la mano.
En resumen, en una primera instancia, el técnico que quiera adquirir
este tipo de producto, deberá hacerse preguntas en las que obtenga
respuestas tales como los riesgos de los que debe ser protegido el
operario y nivel de prestación necesaria para cada riesgo. Toda esta
información será obtenida tal y como hemos comentado mediante la
revisión de la evaluación de riesgos.