En primer lugar es necesario tener en cuenta la facilidad con la
que los trabajadores pueden utilizar los locales, permitiéndoles
ser lo más independientes posible.
En cuanto a la señalización presente en los lugares de trabajo
en los que los trabajadores discapacitados realizan su actividad
laboral, cabe destacar que la información debe ser claramente
visible y poder comprenderse inmediatamente permitiendo un uso
rápido y sencillo de la misma. Las señales se colocarán de forma
que ningún elemento impida su visión.
La información relevante se dispondrá, al menos, en dos de las
tres modalidades sensoriales siguientes: visual, acústica y
táctil, para que pueda ser percibida también por las personas
con discapacidad visual o auditiva. El soporte utilizado para
comunicar debe adaptarse a las distintas discapacidades.
Por tanto, la información debe brindarse en soportes accesibles,
por ejemplo en lenguaje Braille para trabajadores con ceguera,
mediante fotografías y dibujos para trabajadores con
dificultades de aprendizaje, etc.
En cuanto a aspectos formativos cabe destacar los siguientes:
• Modificar el horario o el lugar de la formación si es
necesario.
• Suministrar información y material en un soporte adecuado.
• Colocar un lector o intérprete a disposición del
discapacitado.
• Ofrecer una formación individual y personalizada.
• Garantizar que los documentos escritos estén en un lenguaje
sencillo.
• Finalmente, facilitar cualquier formación adicional y
específica en materia de seguridad y salud en el trabajo que
puedan necesitar los trabajadores con discapacidad en relación
con su trabajo o el equipo específico que deban utilizar.
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