La accidentalidad laboral de
los jóvenes en España, es
alta. Los datos extraídos
del Informe anual de
accidentes de trabajo en
España, así lo ponen de
manifiesto.
Es de gran interés para las
Administraciones Estatales y
Autonómicas, emprender
acciones encaminadas a la
reducción y sensibilización
de la población juvenil
considerada vulnerable,
vinculada al mundo del
trabajo.
El propio término juventud,
abarca un amplio colectivo
de población, si se
considera la franja de
edades que aglutina
trabajadores entre los 18 a
24 años. Si además se
quisiera mencionar a jóvenes
menores de edad, entonces
estaríamos hablando de un
grupo denominado
“trabajadores especialmente
sensibles”, que junto a
otros colectivos de los que
no hablaremos en este
artículo, incluye esta
condición.
El término vulnerabilidad,
merece una argumentación
que se realizará a
continuación:
Los jóvenes cuando se
incorporan al mercado
laboral, carecen de
experiencia; a veces como
consecuencia de una
valoración inadecuada entre
el riesgo potencial real y
el riesgo percibido,
establecen una insuficiente
atención al desempeño
laboral, llegando en muchas
ocasiones a producirse un
accidente laboral que en su
origen se habría podido
evitar. Se tiende a
minimizar la importancia o
magnitud de las
consecuencias de una acción
imprudente, porque se
desestima el alcance que
puedan tener determinados
comportamientos, durante el
desempeño de funciones
encomendadas.
El colectivo que nos ocupa,
con independencia de la
edad, merece una atención
especial porque entre otras
razones, al carecer de
experiencia, requiere una
supervisión sostenida que
garantice una mayor
protección, ante aquellos
riesgos potenciales que
puedan representar una merma
en su seguridad y salud.
Conviene recordar, que la La
ley de Prevención de riesgos
laborales, otorga protección
genérica a todo trabajador.
Argumentos para sostener
esta especial tutela,
también quedan implícitos en
el artículo 25 de la LPRL,
cuando prohíbe adscribir al
sujeto a tareas cuyo
desarrollo implique peligro
para él o terceros, debido a
las características
personales, entre otras
situaciones transitorias.
Adicionalmente argumentos
para sostener esta
supervisión podrían quedar
resumidos del siguiente
modo:
1. Se da una cierta
inmadurez física, cuanto
mas baja sea la franja
de edad que se ostente
2.
Cierta inmadurez
psicológica, por
idénticas razones a lo
anteriormente citado
3. Ausencia de
conocimientos prácticos
relacionados con el
puesto de trabajo
4. Cierta
despreocupación por la
Prevención
5. Falta de interés por
la seguridad y la salud
6. Falta de información
y formación relacionada
con el trabajo a
realizar y vinculada con
la prevención
7. Minimizar o
subestimar la
probabilidad de que
ocurra un accidente
8. La incertidumbre
laboral, va
estrechamente vinculada
con la siniestralidad
9. La presión ejercida
por mandos y por el
ritmo del propio trabajo
10. El nivel de
cansancio o fatiga, como
factor que propicia el
accidente
11. Trabajo a turnos y
en horario nocturno
12. Una mayor
polivalencia y
flexibilidad del
trabajador
13. El uso intensivo de
nuevas tecnologías
Algunas medidas orientadas a
mejorar las condiciones de
trabajo, garantizando la
seguridad y salud de todos
los trabajadores, en
especial la del colectivo de
jóvenes, podrían quedar
enunciadas de la siguiente
manera:
- Identificar las medidas
requeridas para cada puesto
de trabajo; establecer
prohibiciones aplicables a
los jóvenes, como por
ejemplo, en el uso de
equipos peligrosos,
definiendo claramente que
tareas son las que NO pueden
realizar.
- Una buena información y
formación, junto con
adecuadas instrucciones para
realizar el trabajo
encomendado de manera
segura.
- Uso responsable y
constante de equipos de
protección, especialmente
cuando así lo indique la
evaluación de riesgos del
puesto de trabajo.
- Establecer estrategias
orientadas a reducir la
monotonía, implantación de
procedimientos por escrito,
asegurándose inclusive que
se ha consolidado la
instrucción y formación
realizada.
- Facilitar una comunicación
adecuada con estos
trabajadores, que además
muchas veces o bien son
poseedores de contratos
temporales, o son
trabajadores pertenecientes
a ETT.
- Racionalizar al máximo y
minimizar en lo posible la
turnicidad, para facilitar
una conciliación de la vida
familiar y social, con la
consiguiente minimización de
un posible impacto
psicológico.
El activo del futuro de
nuestras empresas lo forma
este colectivo, el liderazgo
de medidas cuyo fin
contribuya a suavizar el
impacto de consecuencias
negativas perdurables de por
vida, fortalecerá en primer
lugar de manera individual
al joven y como consecuencia
al propio País y a su
economía.