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EXPOSICIÓN LABORAL AL FRIO
EN EL SECTOR ALIMENTARIO
María Escoda
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Departamento de
Prevención de Mutua
MAZ.
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Desde un punto de vista
económico, la conservación
de alimentos es uno de los
procesos más importantes en
la industria alimentaria, ya
que un inadecuado estado de
conservación de éstos podría
ocasionar enormes pérdidas
para las empresas implicadas
e incluso para el sector.
Pero desde una perspectiva
productiva, la importancia
de este proceso se debe a
que es un elemento clave en
toda la cadena alimentaria
(desde el origen del
alimento hasta su consumo,
pasando por la industria de
transformación, el proceso
de envasado, de
almacenamiento, en la venta,
transporte y la
restauración).
Por ello podemos intuir, la
gran parte de puestos de
trabajo de todo el sector
que se encuentran
relacionados con el proceso
de conservación de
alimentos, y que por lo
tanto de una u otra forma se
encuentran expuestos a
ambientes industriales fríos
donde habitualmente se usan
cámaras frigoríficas y de
congelación para mantener
los alimentos en su óptimo
estado.
¿Pero qué respuestas puede
producir la exposición al
frío en los trabajadores?
El cuerpo humano reacciona
fisiológicamente, poniendo
en funcionamiento los
mecanismos de producción
interna de calor: los
escalofríos y la
vasoconstricción.Los
escalofríos generan el calor
necesario para compensar la
pérdida de calor hacia el
ambiente; y la
vasoconstricción, trata de
disminuir el flujo de sangre
a la superficie del cuerpo
dificultando así la
disipación de calor al
ambiente.
Además de la respuesta
fisiológica, nuestra
conducta desempeña un papel
muy importante ante este
tipo de riesgos ya que el
uso de prendas de vestir
adecuadas
y la adopción de
posturas que reduzcan la
superficie disponible para
la pérdida de calor
(“encogerse”,
“cruzarse de
brazos”,…) puede aumentar
nuestra resistencia al frío
considerablemente. De hecho,
por lo general con un ajuste
adecuado de la vestimenta se
consigue regular y controlar
la pérdida de calor.
Otra conducta que
puede mejorar nuestra
capacidad de resistencia
ante el frío es la conducta
alimentaria, ya que la
ingesta de alimentos ricos
en grasas y de líquidos
calientes favorece nuestra
producción calorífica.
Sin embargo, además de la
respuesta individual de cada
uno y su nivel de tolerancia
es importante recordar que
cada puesto de trabajo
implica la exposición al
frío en condiciones muy
diversas, y por lo tanto es
susceptible de evaluación
cada uno de los puestos con
el objetivo de
conocer si las condiciones
son aceptables para la
salud, o si es necesario
aplicar medidas para
alcanzar niveles seguros.
Para ello habrá que tener en
cuenta principalmente las
condiciones ambientales, la
actividad física y el tipo
de prenda de vestir que se
utilice, ya que de estos
factores dependerá que nos
encontremos térmicamente
confortables y en función de
estas variables el
trabajador puede tener mayor
o menor percepción de
incomodidad, de deterioro de
la ejecución física y manual
de las tareas y de
probabilidad de sufrir
congelaciones de dedos de
las manos y pies, mejillas,
nariz y orejas (enfriamiento
local) e hipotermia
(enfriamiento general del
cuerpo, que consiste en una
pérdida de calor corporal).
Algunas de las medidas que
minimizarán estos efectos
son:
-
En cámaras de
congelación con
temperatura inferior a
0º, deberá existir señal
luminosa de presencia de
personas en su interior,
alarma óptica y acústica
y hacha de tipo bombero.
-
Se deberán realizar
verificaciones y
revisiones periódicas
para comprobar que la
cámara puede abrirse
desde el interior de la
misma, así como del
óptimo funcionamiento de
la luminaria que indica
la presencia de
trabajadores en su
interior y del resto de
los sistemas de
seguridad.
-
Se aconseja mantener las
zonas limpias de
acumulación de restos de
agua.
-
Recomendamos hacer una
elección adecuada de la
vestimenta de abrigo,
cumpliendo las
siguientes pautas:
-
Las
prendas deben facilitar
la evaporación del
sudor.
-
Se aconseja la
protección de las
extremidades para evitar
el enfriamiento
localizado (uso de
guantes, gorro…)
-
Uso
de prenda corta-vientos
para reducir la
velocidad del aire.
-
Recomendable
el uso habitual de ropa
interior larga y de
algodón.
-
Los
tejidos más adecuados
para los pantalones ante
el frío son la lana, el
material isotérmico o el
acolchado. Además
deberán ser largos e ir
holgados especialmente
en perneras y parte
trasera para evitar
presiones que causarían
pérdidas de calor cuando
el trabajador esté
sentado.
-
Es
preferible suprimir el
uso del cinturones que
puedan comprimir, y la
cazadora no deberá ir
muy ajustada.
-
En
caso de que la ropa se
encuentre humedecida,
sustituirla por ropa
seca para evitar la
congelación del agua y
la consiguiente pérdida
de calor.
-
La realización de los
reconocimientos médicos
permitirá detectar
disfunciones
circulatorias, problemas
dérmicos…
-
Medir periódicamente la
temperatura y la
velocidad del aire.
-
Disminuir el tiempo de
exposición en ambientes
fríos.
-
Controlar el ritmo de
trabajo, para hacer que
la carga metabólica sea
suficiente sin que
genere sudoración
excesiva.
-
En tareas de
manipulación de cajas,
pescados,
congelados,…hacer uso
obligatorio de guantes
de protección isotérmica
para evitar quemaduras
por contacto.
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