Cuando leáis este Boletín algunos estaréis de vacaciones y otros a punto de hacerlo y por tanto, es necesario hacer nuevamente un llamamiento a la prudencia en los desplazamientos que realicéis con cualquier tipo de vehículo, así como, en cualquier modelo de actividad que os guste practicar o simplemente disfrutando del descanso al aire libre. Por eso, en este número quiero recordaros una serie de pautas a seguir durante nuestras vacaciones.   Porque un gran numero de viajeros regresa a sus hogares habiendo padecido algún problema sanitario o tipo de accidente, doméstico,  durante el traslado o practicando su actividad preferida. La manera de que esto no ocurra es mediante la Prevención en la conducción, el conocimiento exacto de las dificultades a las que nos enfrentamos siendo conscientes de nuestras limitaciones, la vacunación que nos indiquen según sea nuestro lugar de destino y el conocimiento de las recomendaciones básicas que recogidas en algún folleto, normalmente somos reacios a leer.   Como un editorial como éste, no permite una gran extensión en los contenidos, solamente los enumeraremos para que vosotros amables lectores y buenos prevencionistas, pongáis vuestros conocimientos y experiencia como continuación de lo que aquí se indique. Estas recomendaciones a tener en cuenta y que no necesariamente van en orden de importancia, pueden comenzar con una visita previa al médico para que en función de nuestro estado de salud nos oriente y una revisión exhaustiva del vehículo que vayamos a utilizar.   Un botiquín que incluya material de curas, desinfectantes, la medicación habitual de las personas que iniciamos las vacaciones, tratamiento para trastornos digestivos, infecciones, antitérmicos y analgésicos, además de productos para las picaduras, mareos y quemaduras. El repelente de mosquitos, también es siempre un buen compañero de viaje, así como, tratamiento oral o con crema para combatir las alergias y sobre todo crema de protección solar.   En los viajes de larga duración en avión, deberemos prevenir los efectos del jet-lag, consistente en la desincronización de nuestro ritmo biológico sueño-vigilia habitual; o el síndrome de la clase turista que puede producirse, debido a escasa movilidad, por la formación de trombos en extremidades inferiores y su posterior migración a otros lugares del organismo.   El cuidado en la alimentación y en la bebida es extraordinariamente importante, el cuidado con los baños para evitar ahogamientos, en las ascensiones a la montaña para evitar el mal de altura y contando siempre con un calzado adecuado, unas gafas de sol homologadas y la cabeza protegida con gorra o sombrero, harán que nuestras vacaciones sean tan satisfactorias como las habíamos planeado.

100 IDEAS PARA EL VIAJE DE VACACIONES