PSICOLOGIA LABORAL
POSITIVA
/ APRENDIENDO A PENSAR EN POSITIVO
Ana Miren Sierra Charola
Psicóloga y Técnico Superior en Prevención de
riesgos.
Área de Actividades Preventivas Mutua
Maz
Pensar en positivo, sentirse bien son por lo
general aspiraciones universales. Al mismo tiempo constituyen
términos poco específicos debido a que para cada cual representa
valores bien distintos. La manera de pensar sobre las cosas, se
perfila como una lente que fija su enfoque y condiciona la toma de
decisiones, el trato en las relaciones interpersonales, la
socialización, y el modo de organizarse.
El término “psicología positiva” ha
sido desarrollado por Martin Seligman y tiene por objetivo
mejorar la calidad de vida y prevenir la aparición de
trastornos mentales y patologías, insistiendo en la
construcción de competencias y en la prevención.
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La relación de variables como el optimismo, el
humor o las emociones positivas en los estados físicos de salud, se
alza como uno de los puntos clave para el funcionamiento óptimo de
las personas y de los grupos en las organizaciones, así como su
gestión efectiva.
El binomio salud productividad puede encontrar su hilo conductor a
través de la psicología organizacional positiva. Optimizar y
potenciar la calidad de vida laboral y organizacional en un contexto
como el actual, ha llevado a invertir en valores de promoción de
salud corporativa, porque las personas satisfechas son personas
motivadas, más creativas y sanas.
Existen dos tipos de
recursos para gestionar los procesos de trabajo dentro de la
psicología organizacional positiva:
1. Recursos estructurales de tarea, que tienen que ver tanto a nivel
micro como a nivel macro de toda la organización.
1.1 Recursos de tarea, como la claridad y
variedad de las tareas, el rol laboral, la autonomía, la existencia
de
información, feedback sobre tareas realizadas.
1.2 Recursos de la organización, como prácticas directivas y de
gestión de recursos humanos, cultura, valores, y
objetivos organizacionales.
2. Recursos sociales, relacionados con las
personas con las que se trabaja y para las que se trabaja; Se trata
del
llamado “capital social ” destacando:
2.1. Contactos y lazos que relacionan a
personas dentro de la organización.
2.2. Normas sociales o de conducta, valores y
creencias de la organización.
2.3. La confianza, agente vinculante básico
para que las redes sociales y las personas consigan alcanzar todo su
potencial.
El capital psicológico positivo comprende diferentes fortalezas
personales y capacidades psicológicas que desarrolladas y
gestionadas mejoran el funcionamiento y el desempeño de las
organizaciones actuales. Estas características son:
- La
autoeficacia: La creencia en las propias capacidades para
organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos que
producirán determinados logros o resultados. Las creencias de
autoeficacia influyen en, los estados afectivos y motivacionales
positivos como la Esperanza, el optimismo, la resiliencia y el
engagement en el trabajo.
- La esperanza:
Consecución de objetivos a través del desarrollo de planes de
acción y la fuerza de voluntad necesaria para conseguirlos.
- El optimismo:
Actitud que induce a esperar que sucedan cosas buenas.
Correlaciona con la confianza y la persistencia en la conducta.
Ante situaciones incontrolables, éstas son aceptadas tal como
son.
- La resiliencia :
Fortaleza ante la adversidad, y adaptación ante los diferentes
momentos de conflicto y fracaso en el trabajo.
- La vinculación
psicológica con el trabajo o work engagement: Estado de plenitud
que es caracterizado por el vigor, la dedicación y la absorción
o concentración en el trabajo. Es un valor claramente
motivacional, que incluye un sentimiento de predisposición para
invertir esfuerzos, persistencia, entusiasmo e inspiración en el
trabajo. Denota satisfacción y contribuye al estado de
bienestar.
Sírvete
de alguna de estas estrategias, para poder practicar una buena
higiene de pensamiento positivo:
- Permanece atento
a la presencia de pensamientos y sentimientos negativos y cuando
los detectes, razónalos tratando de minimizar su efecto.
- Busca siempre un
sustituto positivo a un pensamiento negativo. Siempre hay una
mejor manera de ver las cosas.
Registra las
situaciones que habitualmente hacen que te sientas mal y
analízalas cuidadosamente para encontrar el sustrato negativo
causante.
- Trata de detectar
las exigencias absolutistas, creencias irracionales y distorsiones
cognitivas que gobiernan tu pensamiento
- Los errores son
necesarios para aprender. Las equivocaciones forman parte de
cualquier aprendizaje. Saca de ellos las consecuencias adecuadas
y sigue adelante.
- Pregúntate qué
debes hacer para que cierta situación cambie o cómo debes
enfocarla más positivamente. Casi siempre tenemos la respuesta a
nuestros problemas, pero nunca nos preguntamos.
- Cualquier momento
y edad son adecuados para poner en práctica lo que no se ha
hecho antes. Nunca es tarde para cambiar.
- Elimina cualquier
forma de victimismo. Siempre hay posibilidades de superar
cualquier situación, sólo hay que buscarlas y no dejarse llevar
pos sentimientos derrotistas.
- Cree en tus
posibilidades eso facilita la solución.
- Recuerda que los
pensamientos positivos atraen pensamientos, situaciones y
relaciones positivas. Lo semejante atrae lo semejante.
- Puedes solucionar
cualquier problema que se te presente. Confía en ti y elimina la
duda y la preocupación que son el lastre que te impide encontrar
el remedio.
- Convéncete de que
siempre, siempre puedes trasformar lo negativo en positivo.
Creerse capaz de algo multiplica las posibilidades de
conseguirlo.
- La manera de
pensar sobre las cosas afecta a la forma en la que sentimos y
los sentimientos repercuten en la manera de comportarnos.
Aprender a reconocer pensamientos poco
realistas o negativos y a equilibrarlos con pensamientos más
realistas y tranquilizadores puede ser muy útil. Sin embargo
cambiar la manera de pensar puede ser bastante difícil al
principio y requerirá seguir trabajando en ello. Conseguir apoyo
en alguien de confianza puede ser de utilidad.
7 Maneras de limpiar tu
mente de pensamientos negativos
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1. Cambia el lenguaje corporal.¿Estás
con una postura inclinada o cerrada?
¿cómo es la expresión de tu rostro?.
2. Habla sobre tus pensamientos
negativos. Pueden aparecer
porque
necesitas comunicar. Detrás de todo
pensamiento hay una necesidad.
3. Cambia el foco de tus pensamientos.
A veces el pensamiento negativo es
el resultado de una perspectiva
desajustada.
4. Intenta vaciar tu mente durante un
minuto
5. Se creativo
6. Da un paseo
7. Enumera todo aquello que vale la pena en tu vida.
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Los pensamientos negativos pueden ser
difíciles de detectar al aparecer de manera automática y rápida, la
mayoría de la gente no está acostumbrada a darse cuenta de ellos.
Aprender a detectarlos es una habilidad que se puede dominar con el
tiempo. Cuando estamos ansiosos se tiende a pensar de forma
distorsionada.
Observa y pon
atención ante esta relación de posibles pensamientos
distorsionadores:
- Exagerar lo
negativo
- Generalización
- Pensamiento de
todo o nada
- Tomar las cosas
personalmente
¿Cómo se puede cambiar de
forma de pensar?
1. Anota tus pensamientos negativos, o atemorizantes
2. Pregúntete: ¿lo que pienso corresponde con la realidad?
3. Luchar contra cada uno de los pensamientos
irreales/negativos cambiándolos por otros más realistas y
tranquilizadores
No es suficiente con ser positivos durante un
tiempo, cuanto más se practique el pensamiento positivo, más fácil
resultará su manifestación y así irá mejorando esta nueva forma de
pensar para que quede definitivamente instaurada y automatizada en
la mente. Es difícil cambiar el modo de sentir, pero se puede
cambiar la forma de pensar y eso mejorará nuestros sentimientos y
nos hará actuar de forma más favorable.