HACIA UNA PROMOCIÓN DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO EN EL PUESTO
DE TRABAJO
Ane Miren Sierra Charola
Técnico de prevención
Área de Actividades Preventivas Mutua
MAZ
Durante los próximos 20 años, la pirámide de población en edad de
trabajar quedará invertida. Estas son las estimaciones del Instituto
Nacional de Estadística, que señalan para el 2020 un incremento de
trabajadores mayores de 54 años. Los menores de 40 años que
representan ahora el 50% se reducirán a un 23%, frente a los mayores
de 54 años que pasarán del actual 16% al 36%.
Durante los dos próximos años la Unión Europea promocionará
bajo el lema “Trabajos saludables en cada edad” (esta
campaña empezará en 14 de abril de 2016), un marco de acción que
promueva el empleo saludable desde sus inicios, de manera que evite
problemas de salud a lo largo de la vida laboral, y que enfoque su
mirada hacia la mano de obra que envejece.
Esta evolución plantea nuevos retos para las empresas y los sistemas
de seguridad social. Si bien es cierto que con el envejecimiento se
dan cambios psicofisiológicos que se originan con el devenir del
tiempo, las empresas deben conocer cuáles son las características y
necesidades específicas de esta población para garantizar
condiciones de trabajo saludables y satisfactorias.
La cultura de empresa debe incluir una actitud positiva hacia los
trabajadores de edad, valorar las capacidades y el desempeño
requeridos para que las condiciones de trabajo puedan ser
modificadas cumpliendo a su vez con la normativa de PRL, al promover
la salud de las personas y el envejecimiento activo de sus
plantillas.
El proceso de envejecimiento está influenciado por tres elementos:
la genética, los hábitos de vida (actividad física, nutrición,
tabaco, etc.) y el entorno. Un trabajador mayor con buen estado de
salud, dispone de todas sus capacidades funcionales para poder
seguir trabajando satisfactoriamente. Los trabajadores de edad
avanzada tienen destrezas y competencias importantes y su
transferencia hacia generaciones más jóvenes los hace valiosos,
debilitando el “modelo deficitario de la edad” que interpreta el
déficit en la eficiencia profesional de los trabajadores de mayor
edad como consecuencia de un proceso degenerativo físico/psíquico.
A lo largo de la vida hay muchas cosas que evolucionan pero que
sufren pocos cambios:
Capacidad de asimilar y procesar la información, conocimientos
generales
Inteligencia y pensamiento sistemático, capacidad de concentrarse
Intensidad de la memoria a largo plazo
Acción planificada y orientada a objetivos
Destrezas de cooperación y comunicación
Aguante: resistencia a un estrés físico y mental normal
Creatividad y capacidad para aprender (en condiciones didácticas
adaptadas)
Atención y adaptabilidad a las exigencias del cambio
Existen tres grupos de factores de riesgo que se deben conocer en
las empresas para diagnosticar necesidades específicas de esta
población, a fin de una correcta adecuación de puestos de trabajo y
de los elementos dentro del sistema de gestión de prevención de
riesgos laborales estándar:
• Alta exigencia de trabajo físico que requiera trabajos musculares
estáticos, levantar y transportar cargas pesadas, trabajos
repetitivos, posturas corporales en flexión o giro.
• Ambientes laborales estresantes y peligrosos, por ejemplo
condiciones ambientales de suciedad, humedad, calor, frío o cambios
bruscos de temperatura.
• Mala organización del trabajo, conflictos de roles, miedo a no
rendir lo suficiente, falta de autonomía y de posibilidades de
influencia, falta de perspectivas profesionales o de reconocimiento
por parte de los superiores.
A fin de valorar si existe la necesidad de realizar estudios
específicos de aquellos factores de riesgo que pueden estar
condicionados por la edad, es necesario que exista una buena
comunicación con medicina del Trabajo, de esta manera si fuera
necesario reevaluar determinados puestos de trabajo de +55, como por
ejemplo:
SEGURIDAD: riesgo de caídas, visualización y audición de señales
de seguridad y emergencia
HIGIÉNICOS: iluminación, humedad relativa, ruido, etc.
ERGONÓMICOS: Manipulación manual de cargas, posturas forzadas,
movimientos repetitivos, etc
PSICOSOCIALES: carga mental, ritmo de trabajo, liderazgo y trabajo
en equipo, turnicidad.
Múltiples facetas deben ser tenidas en cuenta a la hora de realizar
una correcta gestión que integre el envejecimiento dentro del
entorno laboral:
• Teniendo el cuenta el RD 773/1997 sobre disposiciones mínimas de
seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de
equipos de protección individual, se aconseja identificar la
necesidad de EPI’s adicionales específicos para trabajadores de +55,
la elaboración de catálogos específicos y listados de aquellos
elementos que no podrán ser usados por parte de personal de +55,
valorados preferiblemente de manera conjunta con Medicina del
Trabajo.
• Idéntico propósito debería observarse a la hora de elaborar
programas de formación e información. Aquellas competencias
necesarias para el desarrollo de los diferentes puestos de trabajo
determinarán la necesidad específica de contenidos formativos que
garanticen un aprendizaje adicional si fuera necesario.
• A la hora de ejecutar una correcta planificación en la gestión de
emergencias, también deberán ser tenidas en cuenta las
características especiales que pudieran existir dentro del colectivo
de +55 años, para incluirlas en los simulacros, y programaciones
anuales.
• Una correcta investigación de accidentes a su vez revisará
aquellos aspectos alrededor del suceso que pudieran apuntar entorno
a esta condición, modificando lugares, instalaciones procesos.
Adquisición de equipos o productos.
• La vigilancia de la salud individual evaluará el factor edad en
relación al puesto de trabajo de forma periódica y con especial
atención en los casos de reincorporación al trabajo tras una baja
para analizar la relación de la incapacidad con la edad y su
abordaje organizacional.
La Unión Europea es clara, aboga por encontrar nuevos equilibrios
que disminuyan la estigmatización y prejuicios alrededor de innovar
con medidas y formas flexibles que favorezcan a los mayores dentro
del mundo laboral: promover horarios adaptados o a tiempo parcial,
la formación continua, el trabajo en equipo, planificar actividades
preventivas que tengan en cuenta la variable edad como talleres de
espalda sana, higiene del sueño, estereotipos relacionados con la
edad, transferencia de conocimientos.
Las empresas que establecen estrategias de salud global y
que resaltan la importancia de la promoción del bienestar de todos
los trabajadores, incluyen principios para la gestión etaria: Los
cambios demográficos inexorables obligarán, sí o sí.